Regresan las nubes grises y la espesa niebla que invade mi memoria. Apenas puedo recordar lo que hice hace dos días sin sentir pena de mi triste existencia, no puedo llorar,hace tanto tiempo que me prometí que no lo haría y ahora simplemente no sale.
Otra entrada penosa, ruinosa de mi sistema emocional.
Mi vida se consume como un cigarillo abandonado en un sobrio cenicero pasando desaparecibido por todo aquel que pasa por su lado, intentando que cuando lo cogan aprovechar esa poca libertad que le dan para luego volver a la soledad. Nadie pregunta, nadie dice nada, todo parece estar bien mientras ese cigarillo siga expulsando el humo ahogado.
Los que se atreven a hablar es para criticar o compadecerse de la existencia del pobre cigarillo a oídos ajenos. En vez de aportar suegerencias o ayuda para reavivar ese fuego.
Dejando atrás la metáfora del cigarillo es bien cierto que para muchos me suelo quejar más de la cuenta y que si mirara a mi alrededor vería a gente mucho peor pero ¿es realmente malo ser un poco egoísta?
Conmigo si lo son por qué entonces yo no puedo hacer eso. Gritar. Expulsar todo lo que me ahoga, decir que existo y que no es justo que consuman mi vida sin tan siquiera preguntarme. No quiero coger un camino ya planeado por alguien, como nadie lo desea que se lo haga. Siento celos y rabia al ver como alguien tan cercano si puede tomar direcciones no planeadas y que incluso grite ayuda cuando se ve sumergida en unas gotas de agua mientras sigues viendo el mismo empedrado sin poder alzar la cabeza.
Mi mal humor aumenta, me siento tan ignorada que incluso me oculto más por mí misma, en parte por miedo, en parte por qué creo que no sé hacer otra cosa que ocultarme. Espero solitariamente que alguien más valiente mire hacia mi dirección y me saque del escondite diciendome que tendré un camino, cualquier camino que yo decida, que sirvo para hacer muchas más cosas y que podré cumplir cualquier sueño por más tonto que sea y que sólo me tengo que preocupar por mí, que puedo salir a la calle con mi mejor sonrisa y erguida, con la cabeza bien alta.
La edad ha dejado de tener un significado para mí es un número más como puede ser un carné de identidad. Me siento demasiado mayor y las canas me recuerdan que el tiempo sigue corriendo en contra mía que si no hago algo desaparecere en un olvido existencial siendo solo aquella pobre persona que se ocultaba.
Hoy viendo Ghost in the shell me ha hecho de pensar sobre la existencia, sobre el individuo y sobre lo que somos.
Nacemos sin recuerdos, con un conjunto de etiquetas denominadas ADN y cromosomas. Con el paso del tiempo acumulamos recuerdos que en mayor parte no nos pertenecen, nos reproducimos con el objetivo de perpetuar una especie que pretende autodestruirse y cuando morimos¿Qué nos llevamos? Nada, muchos dicen que el disfrute de haber vivido una vida plena y llena pero ¿realmente disfrutamos lo que queremos o simplemente es el deseo de la persona por autoconvencerse de que lo que ha vivido a sido como se estipula?
Bueno tras esta cuestion existencialista y que en parte me ha hecho relajar del mal humor al que me estaba sometiendo durante todo el día aqui os dejo mi aporte demasiado intelectual XD

Besitos!